La selva la devoró: Leyenda Maya
Leyenda de Carrillo Puerto Quintana Roo. Los espíritus del monte que ahí viven, y tu estas ahí, si oyes o vez algo extraño y llegas al pueblo a contar lo que viviste en la selva, estos "aires malos" vienen por ti, te pueden hacer
Seres en la selva: Leyenda Maya
Leyendas Mayas. El Huay Poop. El Huay Pek. El Kakasbal. Hace muchísimos años, se cuenta, que estos son los seres, que viven en la selva, pero hay testimonios de personas que los han visto en las calles oscuras de la ciudad de Mérida
Ek Chapat: monstruo maya de siete cabezas
Leyenda Maya. Según la leyenda, es un colosal ciempiés de siete cabezas humanas y como su terminología tiene cien pies. Es una bestía que merodea en el inframundo y en las profundidades de la selva. Un maldito monstruo de grandes
Un maya, rescata a su mujer del Huay Pach
Leyendas mayas. Un monstruo gigante verde, que de su boca sale tres lenguas, como cuchillas, se robo a una mujer y el campesino trata de recuperarla. Este joven ha sido despojado de la mujer que ama, por el monstruo UAY-PACH, este
La Xkokolche escondida por fea
Leyenda Maya. Ya estaba oscuro en el Reino del Mayab, la Xkokolche volaba de un lugar a otro, hasta que llegó a una casa rica y tocó la puerta pidiendo trabajo. Uno de los sirvientes importantes la vio, pero como su plumaje estaba opaco
Los Aluxes de mi casa: Leyenda Maya
Leyenda Maya. En un pueblo llamado Tekax, en el Sur de Yucatán, en una de las últimas casas, vivía una niña llamada Rosalinda Cohuó Poot, quién vivía muy feliz con su familia. Ella a la que todos llamaban Linda, les contaba sus
El maya que vendió su alma al Kizín
Leyenda maya. Un campesino que le iba muy mal, no tenía mujer, mala suerte en su milpa, como quien dice solo faltaba que lo “wuixe un perro” así que decidió invocar al Kizín (demonio). Le dijo, que le daba su alma a cambio de siete
Juan de Monte: El viento que habla en el Mayab
Leyenda maya. En los pueblos mayas del estado de Quintana Roo, en la selva, habita Juan del Monte, así le llaman. La gente comenta que hay que cuidarse de él, que no hay que hacerle caso cuando lo escuches al entrar a la selva, pues