El Huay Pek: En Ticul anda suelto
Leyenda Maya, Ticul, Yucatán. Es parte de la Ruta Maya, Ruta de los Conventos, así va, Muna, Ticul y Oxkutzcab. En el Siglo XVII vivía un curandero de nombre Juan se transformaba en perro o en “Huay Pek” que significa perro
Huay Tamán: Brujo-Carnero, Leyenda Maya
Leyenda Maya, Chocholá Yucatán. Los campesinos entraron a la casa de los hechiceros y le pusieron mucha cal alrededor del cuello de las cabezas colgadas. Se cuenta, que en los tiempos antiguos habían brujos capaces de transformarse en
El Huay Toro: Inmune a las balas
Leyenda Maya. Yhotolin Yucatán. En sus montes salía de repente una bestia enorme bramando, furioso, espantando a los ejidatarios. Un campesino llamado Mateo llegó a vivir a este pueblo así como él otros vivían casi en el monte no
El Huay Keken: Atemorizaba un cerdo maligno
Leyenda Maya Tenabo Campeche. Las palabras Wuay, huay, uay significa en maya hechicero, brujo capaz de transformarse en un animal que él quiera. Hace muchísimos años después de la media noche en la selva, habían personas sentadas en
El Huay Cot: El pájaro Brujo
Leyenda maya, Yaxcabá Yucatán. En una casona construida en el año 1, 825 está en Yaxcaba, su dueño Claudio Padilla, era un español inmensamente rico que tenía veinte esclavas que atendían su tienda que le vendía a todo el estado
El Huay Oso en Sucilá, leyenda Maya
Leyenda Maya, Sucilá Yucatán. Leyendas atrayentes que siguen vivas en la cultura maya. Huay en maya quiere decir, brujo, hechicero o curandero. Un hombre llamado Don Pedro Ku de 98 Abriles recuerda que hace muchos años en Sucilá,
El Huay Chivo: El brujo del pueblo
Leyenda Maya, Yucatán. Se cuenta que era un campesino que vivía en las afueras del pueblo, que desde niño sabía todos los secretos de las hiervas medicinales, como curar a las personas de enfermedades, cuando creció empezó hacer
Juan de Monte: El viento que habla en el Mayab
Leyenda maya. En los pueblos mayas del estado de Quintana Roo, en la selva, habita Juan del Monte, así le llaman. La gente comenta que hay que cuidarse de él, que no hay que hacerle caso cuando lo escuches al entrar a la selva, pues