El kij o henequén "oro verde"

(27 2025) Leyenda Maya. Vegetal que dio el nacimiento de una gran ciudad, esta planta surgió hace mil años que fue descubierta y aprovechada por los mayas. Es cuando los Itzáes buscaban un buen lugar para vivir. Venían de tierras lejanas, cruzando mares, montañas, terrenos peligrosos y pantanos , pero nunca tuvieron miedo por que eran dirigidos por el sacerdote Zamná.  

La reina Ki ichpam Na, “la hermosa madre” le había dicho: Zamná eres el más sabio y bondadoso de este lugar, por eso te he elegido. Los astrónomos me han dicho que nuestro reino será destruido cuando apenas salga la luna. Anda con un grupo de hombres y construyan una nuevo pueblo lejos de aquí.

Tendrán que pasar muchos problemas que serán recompensados. Pónganse abusados con mi señal, cuando encuentren una tierra sin ríos ni montañas pero con aguas claras y habrán llegado al lugar adecuado. En ese lugar se quedaran y vivirán felices guardando nuestras antiguas escrituras y códices sagrados.

Zamná y sus elegidos salieron de la tierra de su origen, abordaron nueve canoas y fueron a la ruta del sol poniente.

De los hombres que se quedaron y lo que a esas lejanas tierras les sucedió, nunca se supo ni se sabrá nada. En ese lugar desaparecieron la reina Ki ichapam Ná, sus sacerdotes, sus astrónomos y el pueblo de los antiguos Itzáes.

En la travesía, Zamná y sus gente fueron sorprendidos en el mar por un huracán. En medio del viento enfurecido y las enormes olas que rompían las amarras de las canoas todos pensaban que iban a morir, pero Zamná con fuerte voz los alentaba a seguir fuertes y luchar contra la naturaleza.

Cuando regresó la calma, los Itzáez se dieron cuenta de que faltaban dos canoas y se pusieron tristes por la perdida de familias que ahí viajaban. Después de pasar obstáculos llegaron a la tierra y muy pronto la comida se acababa, cansados y sedientos, se detuvieron para descansar. Zamná descansaba en una piedra laja y veía el sufrimiento de los hombres contemplaba la tierra seca de la que brotaba unas raras plantas que tenían hojas como lanzas y espinas que apuntaban al cielo. De momento unas nubes se dejaron caer agua hasta que llovió fuerte y se pusieron contentos.

Zamná, feliz fue a buscar una vasija de barro para almacenar agua, no se dio cuenta que se acercó demasiado a una planta, una espina de le clavó en la pierna y sangró. Los hombres cuando vieron lo que pasó se molestaron con la planta. Arrancaron sus gruesas hojas y con unos palos la golpearon on fuerza castigando por haber lastimado a Zamná. Con sorpresa veían que los palos se enredaban con hilos largos que salían de la planta en cada golpe. Zamná levantó una hoja golpeada y vió que los hilos eran resistentes. Según era n aviso de los dioses, este material se podrían elaborar cosas de gran utilidad para ellos.

La lluvia no dejaba de caer. Zamná se dio cuenta que el agua desaparecía entre las piedras. Siguió la ruta del agua y descubrió un gran hueco en la tierra. Era un hermosos cenote de agua transparente ¡Era la señal de la diosa!

Encontraron una nueva tierra como lo prometió la reina Ki ichpam Na, y los astrónomos. A los Itzáes, se les acabó su peregrinaje e hicieron la sagrada ciudad de Itzmal. Empezaron con una majestuosa pirámide dedicada a los ancestros conocida como Kinich Kakmó, que en maya quiere decir “guacamaya de fuego” en las escrituras y códices sagrados se habla de su pueblo en el futuro. Esta ciudad es Izamal una de las hermosas y misteriosas del Mayab con sus hermosa casa y edificios pintados de amarillo.

A la rara planta los Itáes la llamaron “Kij” y a sus fibras blancas y fuertes “Sosquil” Zamná enseñó a su pueblo elaborar tapetes, sandalias telas resistentes, cosa tules fue considerada valiosa. Se llamó Henequén y “oro verde”. Su cultivo dio trabajo a los campesinos y riquezas a algunos hombres de la península. En Yucatán existen antiguas haciendas que permanecen como recuerdos de la riqueza que el henequén  ha dado a las tierras del Mayab.

Autor: Elsy Alonzo

Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.

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